Giménez es el cronista, a veces ácido y siempre nostálgico, de unos tiempos en los que una generación de dibujantes se ganaba muy bien la vida haciendo tebeos
Giménez es el cronista, a veces ácido y siempre nostálgico, de unos tiempos en los que una generación de dibujantes se ganaba muy bien la vida haciendo tebeos